capritxet
Sabia que podia passar, de fet nestava pràcticament segur de que aquell estat de soledat no duraria sempre. Els dies, tenien un estat de normalitat que feia temps no en gaudia, passaven lentament deixant que els fets amortitzessin linstant exhaurit.
Imaginava com serien les estones quotidianes, el passar de les hores o els moments íntims en companyia.
Mai no hagués pogut pensar en la fortuna que lesperava, trobar lanima que lacompanyaria en aquell nou camí vora la platja.
Era un capritx del cel, una velleïtat divina que els apropava sense haver tingut mai la possibilitat de conèixer-se sense ajut.
Sabía que podía pasar, de hecho estaba prácticamente seguro de que aquel estado de soledad no duraría siempre.
Los días, tenían un estado de normalidad del que hacía tiempo no disfrutaba, pasaban lentamente dejando que los hechos amortizaran el instante agotado.
Imaginaba cómo serian los ratos cotidianos, el pasar de las horas o los momentos íntimos en compañía. Nunca hubiera podido pensar en la fortuna que le esperaba, encontrar el alma que le acompañaría en aquel nuevo camino a la orilla de la playa.
Era un capricho del cielo, una veleidad divina que les acercaba sin haber tenido nunca la posibilidad de conocerse sin ayuda.
Imaginava com serien les estones quotidianes, el passar de les hores o els moments íntims en companyia.
Mai no hagués pogut pensar en la fortuna que lesperava, trobar lanima que lacompanyaria en aquell nou camí vora la platja.
Era un capritx del cel, una velleïtat divina que els apropava sense haver tingut mai la possibilitat de conèixer-se sense ajut.
Sabía que podía pasar, de hecho estaba prácticamente seguro de que aquel estado de soledad no duraría siempre.
Los días, tenían un estado de normalidad del que hacía tiempo no disfrutaba, pasaban lentamente dejando que los hechos amortizaran el instante agotado.
Imaginaba cómo serian los ratos cotidianos, el pasar de las horas o los momentos íntimos en compañía. Nunca hubiera podido pensar en la fortuna que le esperaba, encontrar el alma que le acompañaría en aquel nuevo camino a la orilla de la playa.
Era un capricho del cielo, una veleidad divina que les acercaba sin haber tenido nunca la posibilidad de conocerse sin ayuda.
1 comentario
Mujer de Humo -
UN ABRAZO, pronto....